Volviendo después de mucho tiempo. Es cierto. Pero bueno, heme aquí. En Quito hoy ha amanecido lloviendo. Mal día para decir bañarse tan temprano, pero bueno, estamos acostumbrados y así seguimos. Sin embargo hoy no quiero hablar solamente del clima. Hoy quiero hablarles de mi último descubrimiento literario: “El lamento del Perezoso” de Sam Savage.

Seguramente sea por su incomparable tono de tragicomedia. Porque eso es, una tragicomedia que en lo personal, me mata de risa con cada cosa pero al momento me conmueve con increíble tristeza porque uno se llega a dar cuenta que la vida de Andrew es también la vida de uno. Llena de cosas que se van desmoronando y allí esta uno, aferrándose a la última esperanza: la literatura. Es muy probable que esta sensación pueda ser empática solo conmigo, que como ya digo, me he sentido terriblemente identificada con el libro. Sin embargo, estoy segura, que no hace falta ser un escritor frustrado y abandonado en banca rota para disfrutar este libro.
Si pasan por una librería y quieren tener un tiempo para reírse de sí mismos y de la desgracia ajena, no duden en comprarlo, además su lectura que de por si no resulta aburrida, les resultará muy liviana porque está escrita en forma de cartas. Un punto a favor del género epistolar.
(Y nadie me paga ninguna comisión por la venta del libro, por si acaso).
No hay comentarios:
Publicar un comentario