¡No estoy fácil no, No soy dócil No!

Hoy estábamos en el almuerzo, con mucha gente sentada frente a la mesa porque como era el día del padre, pues hubo comida especial y toda la vaina. Entonces estábamos allí como doce personas y justamente en el momento del brindis -bueno, minutos después del brindis cuando todavía no soltábamos la copa ni traían los platos fuertes- a la amiga confianzuda de mis padres se le ocurre mirar a mi hermano menor y decir lo grande que esta y añadir a su comentario el hecho de que ella lo había criado. "¡Yo te críe!" Si, muy tierno de su parte. Y como no se vio conforme con eso, me regresó a ver y para que yo no me quede con las ganas añadió "¡A ti también Eleanor!" También muy tierna, como no. No obstante, no le bastó eso, sino que debió agregar su ponzoñosa opinión personal: "Aunque tu de chiquita eras de un mal genio terrible. No, no, insoportable eras de pequeña, tremenda. Ahí yo le llamaba al Juan para que te ponga en orden porque la verdad contigo no se podía" Y allí estaba yo muriéndome de la vergüenza, tratando de cubrir mi incomodidad con la copa de champan, un intento inútil por cierto cuando tenía a doce personas mirándome fijamente y riéndose divertidos mientras en sus adentros le daban toda la razón a la cotorra esa. Y yo pidiendo a la tierra que por favor, si tiene piedad, se abra y me trague; claro eso no pasó, todo lo contrario, tuve que sonreír amablemente y soportar la segunda parte de mi humillación.

Al ver que estaba muriéndome de vergüenza, mi madrina decidió ayudarme -digo, todo mundo notaba que esos comentarios me estaban haciendo sentir de lo más incomoda e incluso, que estaban fuera de lugar- y tratando de aplacar semejante bochorno dice: "Bueno si, pero ahora ya no es así. ¿No cierto mija?"  Quizá trató de arreglarlo, el punto es que lo empeoró porque todos esperaban una respuesta. Pero que clase de respuesta puede dar una persona humillada sin ser soez y grosera -en mi caso, ninguna- por lo tanto me limité a seguir sonriendo como si todo eso me hiciera gracia. Además tampoco respondí porque antes de que yo pudiera articular palabra, la dueña del primer comentario continuó: "¡No, es que ahora no puede! Si ahora es una señorita ¡Como va a ser mal genio si ya es toda una señorita!". Mi mamá que estaba al otro lado mío me miraba con ojos de astucia como diciendo: "¡Ves, no soy la única que lo ve así! Tengo razón, siempre te lo he dicho...ahora mira como te hacen quedar mal jajajaja". Yo mientras tanto rogaba por piedad, por piedad,  ¡Por Piedad! al cielo, que si existía justicia en este mundo, pasaran al siguiente punto de la reunión, y que esa vieja parara de hacer comentarios humillantes de mi. Obviamente, no existe justicia en este mundo, claro. Y el siguiente comentario fue: "Claro, si con los chicos no puede tener ese genio". Y entonces allí fue mi cara de:

O.o ¡¿WTF?!

Pues sí, soy mal genio y ¿QUÉ MADRES? Vivo hasta la madre, que todo mundo en mi casa se ensañe con mi mal genio. Y como si no fuera suficiente los veinte años de reprimendas de mi mamá -"Una mujercita debe ser dócil" "Ese genio Eleanor es insoportable"- ahora encima, tengo que soportar que mi mal genio se tema de conversación y burla del almuerzo festivo. ¡Un maldito cuerno!

Soy como soy y punto. ¡Un jodido y fregado PUNTO! 

Y mejor ni entro en discusión sobre eso de que los chicos, que una señorita. ¿WTF? Esto no es la época medieval. Tener vagina no significa que me puedo tragar todo el mal genio. ¡Tarados!

Me apenó muchisimo no poder subirme a la mesa y cantar esta canción:

No estoy fácil no, no estoy dócil no
no estoy cordial ni sensato, no tengo ninguna razón para estarlo
No estoy calmo no, no estoy sobrio no
no estoy alegre bien claro, no tengo ninguna razón para estarlo

Sé que no quiero seguir en lo obscuro ni del futuro quedar al amparo
igual que un vampiro frente a un justiciero o un carcelero en seguro de paro
y a pesar que es impuro este juego grosero, no le disparo ni me retiro
no soy un cordero a matar con cianuro, soy un guerrero y todavía respiro