En temas varios resulta que desde ayer he andado por la Jefatura de Tránsito para sacar la licencia, todo iba bien hasta que hoy en la mañana reprobé el examen práctico. Así que el jueves tengo que volver. Al principio pensé que no importaba, total en la escuela de manejo también reprobé la primera vez, no obstante me está entrando el fracaso y los nervios por los poros y no sería raro si me quiebro de los nervios frente al volante. Creo que jamás tendré la cochina licencia de conducir.
Y en temas más varios todavía, todo parece indicar que voy a romper mi ley del hielo y voy a hablar "a calzón quitaó" con cierta persona a quien me juré -casi por mi primogénito- no volver a dirigir la palabra. No esta mal, ya es tiempo. He cumplido más de un año de profundo silencio, de hecho estoy orgullosa. Ahora planeo llevar la conversación de la forma más calculada posible, no he dejado nada al azar. Tengo cada uno de mis movimientos fríamente calculados. Digo al fin de cuentas, uno solo tiene una oportunidad para impresionar, planeo que al final sienta dos cachetadas al verme y escucharme, no mejor un golpe muy bajo. Así que en esta única vez tengo previsto cada uno de mis movimientos y medidas cada una de mis palabras. Creo que nunca antes había planificado tan detallada y cuidadosamente nada. Me siento una especie de genio malévolo, gran estratega.
