martes, 3 de mayo de 2011

Leer nos hace libres

Y tengo aún mas que decir sobre este tema de la libertad de prensa. Pero esto que voy a decir no lo digo directamente yo, más bien, voy a tomar las sabias palabras de Vargas Llosa que se ha expresado sobre los gobiernos que actualmente están acaparando todo el poder en algunos países de Latinoamerica. Una vez más, me uno a su voz porque comparto su opinión. 
Este año Mario Vargas Llosa fue invitado a inaugurar la feria del libro en Buenos Aires, y su discurso no solo habló de la belleza de los libros, la importancia transcendental de la ficción, sino que ha hablado también de la importancia de los libros para libertad, la lectura para ser libres. Y en este día de la libertad de prensa nada me parece mas oportuno que compartir con ustedes el discurso maravilloso de Vargas Llosa. Les dejo también una parte del discurso que he copiado, para que si quieren la difundan que es muy importante. 

(...)Esa mentalidad llevó a que todo un género literario, la novela, fuera prohibida durante los tres siglos que duró la colonia en todas las posesiones españolas de América. Durante 300 años no se pudo editar ni importar ficciones en las colonias americanas; el contrabando se encargó de que muchas novelas empezando por El Quijote circularan en nuestras tierras felizmente. Pero una de las perversas, o tal vez felices, consecuencias de esa prohibición fue que como en América Latina la ficción fue reprimida en el género que la expresaba mejor, las novelas; y como los seres humanos no podemos vivir sin ficciones estas se las arreglaran para contaminarlo todo, la religión desde luego, pero también las instituciones laicas, el derecho, la ciencia, la filosofía y por supuesto la política con el previsible resultado de que todavía en nuestros días, los latinoamericanos tenemos todavía grandes dificultades para discernir entre lo que es ficción y lo que es la realidad. 
Esto ha sido muy beneficioso en los dominios del arte y la literatura pero bastante catastrófico en otros en los que sin una buena dosis de pragmatismo y de realismo, saber diferenciar el suelo firme de las nubes un país puede estancarse o irse a pique.  Los comisarios políticos han remplazado en la vida moderna a los inquisidores de antaño. Vez que se ha apoderado del gobierno un fanático religioso, ideológico o un caudillo megalómano que se cree dueño de la verdad absoluta,  los libros se han visto sometidos a purgas, recortes y vejaciones para tratar de evitar que lo que ellos encarnan mejor que nadie, la diversidad humana, la variedad de ideas, creencias, puntos de vista, costumbres y tradiciones, se divulguen y contradigan la versión dogmatica excluyente y autoritaria entronizada.  Nazis, fascistas, comunistas, caudillos militares o civiles enceguecidos por los espejismos de las verdades absolutas han tratado a lo largo de toda la historia y en todas las geografías del planeta, de domesticar y embridar el espíritu creativo, sumiso y crítico, que ha sido siempre el motor del cambio, pero por fortuna siempre han fracasado. Dejando eso si en el camino una miríada de victimas, torturados, encarcelados y asesinados, que pese a la represión y a las persecuciones mantuvieron siempre viva aquella llama de libertad que anida como un alma secreta en el corazón de los libros. 
Leer nos hace libres, a condición claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer. Y que los libros puedan escribirse e imprimirse sin inquisidores ni comisarios que los mutilen para que encajen dentro de las estrechas orejeras con que ellos aprisionan la vida. Defender el derecho de los libros a ser libres, es defender nuestra libertad de ciudadanos, el precioso fuego que la tiza mantiene y renueva. 
MARIO VARGAS LLOSA
FRAGMENTO Del DISCURSO DE INAUGURACIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO BUENOS AIRES 2011

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