Ok. Es jueves santo y yo derramo....no se qué derramo. No se si es pereza, desobligo, aburrimiento, apatía o qué, pero en todo caso algo se me derrama y no me deja hacer nada tranquila.
Clases ya no tengo, aunque si tengo millones de trabajos, mismos que como soy una desorganizada maldita y sin remedio los haré en tres malas noches seguidas como siempre me pasa.
Ayer fui al centro histórico. Amo ese lugar. Hicimos y vimos maravillas. Esta pendiente un post sobre eso lo más próximamente posible, ni bien me deshaga de esta mala gana que cargo encima lo escribiré. El caso fue que fuimos al centro histórico, entramos a una librería y nos hicimos amigas del hombre que atendía. Por alguna razón que desconozco llegó a preguntarme "¿Eres escritora?"
¡Dios! ¿Cómo se debe responder a esa pregunta? Le dije que lo intentaba. Y luego de una amena conversación me pasó el dato de un concurso que se cierra el 3 de junio. Y yo no tengo ni un proyecto bien planteado. Ufff no sé qué voy a hacer. ¡Auxilio!
Hoy también ha iniciado lo más fuerte de las fiestas de Riobamba, y yo sigo en Quito y tengo una pereza condenada de coger un bus y largarme.
Ir a ver a la familia, sí, ir a verla. No tengo muchas ganas de moverme de esta silla.
Finalmente concierto gratis de Calle 13 en la playa.
Sea cual sea la decisión solo es cosa de coger levantarme, tomar un bus y echar camino. Bueno no, antes tengo que hacer maletas y hoy no quiero hacer maletas. ¡Odio hacer maletas! tanto lo odio que creo que nunca termino de deshacer completamente mis maletas.
¡Arriba mi vida de gitana!
Ya esta bien, dejo de fregar y tomo una decisión.
¡Al diablo! quiero sentarme a no hacer nada, punto.
El resto hágame un favor y a volar.
Muy buena la frase de Borges. Yo hoy me siento así, como el título de esta entrada.
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